Cuarto pasaje del libro "El petirrojo que no sabía volar"
Pero ese
día, mientras la familia jugueteaba por ahí, él que se aburría, se armó de
valor y aunque desconocía el modo de volar hacia arriba, se dejo caer desde el
nido y planeando planeando llegó hasta el prado donde se encontraban las
ovejas.
Menos mal que
al ser herbívoras no lo vieron como posible comida, por lo que no le
ocasionaron ningún daño.
Lo cierto es
que allí, entre tanta pata de oveja no veía nada. Sólo podía ver lo que se ve
desde el suelo. Quiso batir las alas y emprender el vuelo pero no recordaba lo
que su madre le había enseñando respecto a volar hacia arriba.
¡Estaba en
un lio! Piaba llamando a su madre, pero el balar de las ovejas impedía oír su
llamada. ¡Si, estaba en un lio!